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Hacia una Minería Sostenible: Problemática y propuestas desde las mejores técnicas disponibles

19 November 2024

Hasta la fecha, los métodos más convencionales de restauración/rehabilitación de espacios afectados por la actividad minera se han caracterizado, en general, por criterios ‘estándar’, protagonizados por modelos con laderas de pendiente constante, en muchos casos muy largas y/o excesivamente inclinadas; topografías escalonadas (modelo berma-talud) y estructuras rígidas para el manejo hidrológico (diques, gaviones, drenajes ‘rip-rap’…).

En consecuencia, los principales problemas a enfrentar, inicialmente son:

Problemas hidrológicos. Bajo esta metodología tradicional de berma-talud, el principal problema es el impacto hidrológico, la gestión del agua en las minas restauradas suele ser deficiente. La red de drenaje habitualmente diseñada consiste en canales artificiales que tratan de evacuar el agua con el objetivo de evitar problemas de estabilidad como movimientos en masa o acarcavamiento. Sin embargo, no siempre manejan adecuadamente la escorrentía de eventos de lluvia intensa propios del clima mediterráneo, causando erosión, desprendimientos y deslizamientos, lo que provoca exportación de sedimentos a los cauces naturales, con graves problemas para el mantenimiento de la biodiversidad aguas abajo. Nuevas técnicas de reconstrucción del relieve mediante restauración geomorfológica aportan estabilidad a las nuevas superficies, incrementan la capacidad de captación de agua en las subcuencas creadas dentro del área restauradas, reduciendo por tanto la escorrentía y las tasas de erosión y aumentando la disponibilidad de agua para la vegetación.

Falta de integración paisajística. Los actuales modelos no logran una integración adecuada con el paisaje natural, incluso tras el desarrollo de la vegetación. Una alternativa es remodelar los bancos de la mina para que se adapten a las litologías naturales y a la geomorfología del entorno. En este sentido, las técnicas de restauración geomorfológica implementadas en España recientemente han sido reconocidas como técnicas basadas en referentes naturales que permiten diseñar relieves estables y una mejor integración en el paisaje. Asimismo, se comprueba que la aplicación de minería de transferencia desde el inicio de las operaciones, persiguiendo estos nuevos modelos, permite un ahorro de costes en movimiento de tierras significativo.

Tras el remodelado, es clave incorporar un sustrato adecuado tanto para albergar la vegetación deseada como para garantizar la estabilidad del terreno y su propia conservación. Se requiere un sustrato con capacidad de retención de agua y nutrientes, con suficiente cohesión y resistencia frente a procesos erosivos, funcional, que proporcionen múltiples servicios ambientales como biodiversidad o sumidero de carbono. Sin embargo, es habitual encontrar restauraciones cuyo principal problema es la escasez de sustrato adecuado. Frecuentemente, se utilizan sustratos procedentes de desechos mineros que presentan graves deficiencias texturales y químicas, lo que dificulta el sustento de la vegetación y la activación de la microbiota edáfica. Estas carencias obstaculizan el establecimiento de muchas especies vegetales y la creación de un ecosistema naturalizado.

Además, la interacción entre geomorfología, sustrato y agua constituye la estructura clave para la estabilidad de los terrenos afectados por las operaciones mineras. Es crucial diseñar e implementar esta estructura con un enfoque integrado, considerando todas las variables que influyen en la estabilidad y la funcionalidad del ecosistema restaurado. Afortunadamente, los avances científicos recientes en el tratamiento, manejo y suministro de sustratos han progresado significativamente. Estos avances permiten diseñar soluciones específicas para cada caso, optimizando las condiciones para la revegetación y la recuperación ecológica (por ejemplo, la aplicación de enmiendas orgánicas o los tecnosuelos).

La aplicación de tecnosuelos o la mezcla de materiales de distinta naturaleza (inertes y orgánicos) y procedencias (RSU, EDAR), diseñada para conseguir las características deseadas son prácticas cada vez más extendidas. No obstante, son prioritarias prácticas como la retirada y traslado directo del suelo original a las zonas a restaurar según avance la explotación o el acopio y conservación temporal, que además evitaría la necesidad de reconstruir un sustrato posterior. Éstas últimas requieren una planificación y coordinación continuas en tiempo y espacio de las labores de explotación y restauración, pero existe un potencial ahorro de costes a considerar.

Otro de los principales desafíos de la restauración minera, hasta el momento, es la recuperación de la biodiversidad. Los proyectos de restauración tradicionales adolecen de escasa biodiversidad y elevados gastos de mantenimiento derivados de la necesaria reposición de marras, el riego, etc. Es habitual la plantación de especies forestales sobre los propios estériles de minas y una preparación del terreno basada en simples hoyos de plantación, por lo que la selección de especies se limita a especies de alta resistencia, no muy exigentes en nutrientes y agua. Como consecuencia, el potencial ecológico de las áreas no se alcanza y la biodiversidad se limita a sólo unas pocas especies diferentes.

Recientemente, se han implementado técnicas avanzadas que permiten alcanzar altos niveles de biodiversidad en flora y fauna, mejorando la dinámica de los ecosistemas y su sostenibilidad a largo plazo. Estos nuevos enfoques no sólo promueven una mayor biodiversidad, sino que también reducen los costes comparados con los métodos tradicionales. Aspectos clave como la procedencia y calidad de las semillas, la adaptación a las condiciones microclimáticas y el uso de ecotecnologías son fundamentales en estos modelos.

Es esencial definir claramente el objetivo principal de la restauración y el uso previsto de los terrenos, ya sea para fomentar la biodiversidad, recuperar hábitats específicos, promover la polinización, establecer pastos o gestionar áreas forestales.

Emplear las mejores técnicas disponibles y un enfoque holístico y adaptativo, que considere las especificidades de cada sitio e incorpore tecnologías y conocimientos avanzados, es crucial para avanzar hacia una minería más responsable, más sostenible.

Sodira es entidad asociada de la Red de Restauración de Minas y Canteras
Artículo Red de Restauración de Minas y Canteras publicado en Rocas y Minerales

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Hacia una Minería Sostenible: Problemática y propuestas desde las mejores técnicas disponibles

19 November 2024

Hasta la fecha, los métodos más convencionales de restauración/rehabilitación de espacios afectados por la actividad minera se han caracterizado, en general, por criterios ‘estándar’, protagonizados por modelos con laderas de pendiente constante, en muchos casos muy largas y/o excesivamente inclinadas; topografías escalonadas (modelo berma-talud) y estructuras rígidas para el manejo hidrológico (diques, gaviones, drenajes ‘rip-rap’…).

En consecuencia, los principales problemas a enfrentar, inicialmente son:

Problemas hidrológicos. Bajo esta metodología tradicional de berma-talud, el principal problema es el impacto hidrológico, la gestión del agua en las minas restauradas suele ser deficiente. La red de drenaje habitualmente diseñada consiste en canales artificiales que tratan de evacuar el agua con el objetivo de evitar problemas de estabilidad como movimientos en masa o acarcavamiento. Sin embargo, no siempre manejan adecuadamente la escorrentía de eventos de lluvia intensa propios del clima mediterráneo, causando erosión, desprendimientos y deslizamientos, lo que provoca exportación de sedimentos a los cauces naturales, con graves problemas para el mantenimiento de la biodiversidad aguas abajo. Nuevas técnicas de reconstrucción del relieve mediante restauración geomorfológica aportan estabilidad a las nuevas superficies, incrementan la capacidad de captación de agua en las subcuencas creadas dentro del área restauradas, reduciendo por tanto la escorrentía y las tasas de erosión y aumentando la disponibilidad de agua para la vegetación.

Falta de integración paisajística. Los actuales modelos no logran una integración adecuada con el paisaje natural, incluso tras el desarrollo de la vegetación. Una alternativa es remodelar los bancos de la mina para que se adapten a las litologías naturales y a la geomorfología del entorno. En este sentido, las técnicas de restauración geomorfológica implementadas en España recientemente han sido reconocidas como técnicas basadas en referentes naturales que permiten diseñar relieves estables y una mejor integración en el paisaje. Asimismo, se comprueba que la aplicación de minería de transferencia desde el inicio de las operaciones, persiguiendo estos nuevos modelos, permite un ahorro de costes en movimiento de tierras significativo.

Tras el remodelado, es clave incorporar un sustrato adecuado tanto para albergar la vegetación deseada como para garantizar la estabilidad del terreno y su propia conservación. Se requiere un sustrato con capacidad de retención de agua y nutrientes, con suficiente cohesión y resistencia frente a procesos erosivos, funcional, que proporcionen múltiples servicios ambientales como biodiversidad o sumidero de carbono. Sin embargo, es habitual encontrar restauraciones cuyo principal problema es la escasez de sustrato adecuado. Frecuentemente, se utilizan sustratos procedentes de desechos mineros que presentan graves deficiencias texturales y químicas, lo que dificulta el sustento de la vegetación y la activación de la microbiota edáfica. Estas carencias obstaculizan el establecimiento de muchas especies vegetales y la creación de un ecosistema naturalizado.

Además, la interacción entre geomorfología, sustrato y agua constituye la estructura clave para la estabilidad de los terrenos afectados por las operaciones mineras. Es crucial diseñar e implementar esta estructura con un enfoque integrado, considerando todas las variables que influyen en la estabilidad y la funcionalidad del ecosistema restaurado. Afortunadamente, los avances científicos recientes en el tratamiento, manejo y suministro de sustratos han progresado significativamente. Estos avances permiten diseñar soluciones específicas para cada caso, optimizando las condiciones para la revegetación y la recuperación ecológica (por ejemplo, la aplicación de enmiendas orgánicas o los tecnosuelos).

La aplicación de tecnosuelos o la mezcla de materiales de distinta naturaleza (inertes y orgánicos) y procedencias (RSU, EDAR), diseñada para conseguir las características deseadas son prácticas cada vez más extendidas. No obstante, son prioritarias prácticas como la retirada y traslado directo del suelo original a las zonas a restaurar según avance la explotación o el acopio y conservación temporal, que además evitaría la necesidad de reconstruir un sustrato posterior. Éstas últimas requieren una planificación y coordinación continuas en tiempo y espacio de las labores de explotación y restauración, pero existe un potencial ahorro de costes a considerar.

Otro de los principales desafíos de la restauración minera, hasta el momento, es la recuperación de la biodiversidad. Los proyectos de restauración tradicionales adolecen de escasa biodiversidad y elevados gastos de mantenimiento derivados de la necesaria reposición de marras, el riego, etc. Es habitual la plantación de especies forestales sobre los propios estériles de minas y una preparación del terreno basada en simples hoyos de plantación, por lo que la selección de especies se limita a especies de alta resistencia, no muy exigentes en nutrientes y agua. Como consecuencia, el potencial ecológico de las áreas no se alcanza y la biodiversidad se limita a sólo unas pocas especies diferentes.

Recientemente, se han implementado técnicas avanzadas que permiten alcanzar altos niveles de biodiversidad en flora y fauna, mejorando la dinámica de los ecosistemas y su sostenibilidad a largo plazo. Estos nuevos enfoques no sólo promueven una mayor biodiversidad, sino que también reducen los costes comparados con los métodos tradicionales. Aspectos clave como la procedencia y calidad de las semillas, la adaptación a las condiciones microclimáticas y el uso de ecotecnologías son fundamentales en estos modelos.

Es esencial definir claramente el objetivo principal de la restauración y el uso previsto de los terrenos, ya sea para fomentar la biodiversidad, recuperar hábitats específicos, promover la polinización, establecer pastos o gestionar áreas forestales.

Emplear las mejores técnicas disponibles y un enfoque holístico y adaptativo, que considere las especificidades de cada sitio e incorpore tecnologías y conocimientos avanzados, es crucial para avanzar hacia una minería más responsable, más sostenible.

Sodira es entidad asociada de la Red de Restauración de Minas y Canteras
Artículo Red de Restauración de Minas y Canteras publicado en Rocas y Minerales